¿Cuál Es Tu Actitud Ante Las Pruebas?



Números 13:23-28 (Reina-Valera 1960)
23 Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. 24 Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel. 25 Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 26 Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 27 Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28 Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.
Primero que todo quiero disculparme con todos los lectores de este blog por haber abandonado la tarea por tanto tiempo. Diciembre y Enero estuvieron bastante complicados para mi, vacaciones, actividades de la iglesia, trabajo, boda, etc. Pero gracias a Dios ya estamos de regreso y espero retomar el ritmo que llevábamos antes.
Ahora sí, entrando de lleno en el texto de hoy. Hace unos meses comencé a leer la Biblia desde Génesis, en este momento estoy en el libro de Números, y me encontré con este pasaje en Números 13. Los hijos de Israel están a punto de entrar a la tierra prometida y Dios escoge a 12 hombre, uno por cada tribu, para que vayan a espiar la tierra (Números 13:4-16). Ellos al llegar a la tierra prometida se encuentran con que realmente es una tierra abúndate en riqueza. Recordemos que ellos tenían mucho tiempo viviendo en el desierto o en esclavitud y este lugar representaría el final de una travesía sumamente larga.
En su regreso al campamento los espías cuentan al pueblo que ciertamente la tierra es buena y rica, y hasta muestran un gigante racimo de uvas de las que se encuentran en ella. Pero, también avisan que encontraron allí un pueblo fuerte, guerrero y habitado por gigantes. Más adelante en los versículos del capítulo 13, 10 de los 12 espías insisten en regresar a Egipto y causan que el pueblo se revele contra Dios; solo Caleb y Josué les ruegan seguir adelante.
Muchas veces los creyentes sentimos el llamado de Dios para servirle y creemos que Dios nos está llamando a un lugar específico. Llegamos allí con toda la fuerza y muchas ganas de trabajar y vemos lo bueno de la tierra. Pero cuando vemos las dificultades que enfrentaremos en el camino entonces pensamos dos veces antes de avanzar y nos dejamos llevar por el temor a los problemas.
Con esta actitud los israelitas estaban demostrando falta de fe en un Dios que los había guiado durante muchísimo tiempo en el desierto y el cual les había provisto de todo lo que necesitaban. Cuando tenemos que enfrentar algún peligro y decidimos darle la espalda y regresar a la comodidad de lo que conocemos entonces estamos diciéndole a Dios que Él no es lo suficientemente fuerte para ayudarnos con los retos.
En nuestro camino vamos a encontrar muchos hijos de Anac y vamos a encontrar ejércitos muy grandes, pero lo importante es recordar nuestro llamado y que si Dios nos prometió darnos algo específico o llevarnos a un lugar especifico, Él estará a nuestro lado en todo momento. Tal vez tus gigantes sean distancia, dinero, clima, cultura, comida diferente, familia, etc., pero ten la seguridad de que agarrado de la mano de Dios vas a poder ser como Josué y Caleb quienes se opusieron a sus compañeros y decidieron que si se podía seguir adelante.
Gracias a: Momento Biblico

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